Hoy (domingo), de nuevo apenas he dormido. Después de la super-juergecita en Santiago (INOLVIDABLE!!), hoy toca viaje de regreso a casa pasando la tarde/noche en Lisboa. Para ello cogemos los tres un taxi para ir al aeropuerto de Santiago, y recoger allí el coche de alquiler que tenemos reservado. El famoso citroen C4 Picasso, monovolumen de 5 plazas, que ha dado mucho que h

ablar durante este viaje, por las dudas que teníamos y que pensamos que no nos van a caber las bicis (aunque Juan sí que lo tiene claro, y siempre nos ha dicho que no nos preocupemos).
Una vez recogido el coche nos dirigimos de nuevo al hotel, y allí procedemos a intentar cargar en el coche las bicis, alforjas, etc. Gracias a que este modelo de coche permite bastante flexibilidad en el repliegue de los asientos, conseguimos sin mucha dificultad y con la pericia de Juan cargarlo todo, y además, bastante rápido. Im-presionante!! Buen trabajo, Juan!!
A continuación, salimos de viaje hacia Lisboa. Son las 13:45. Todo el viaje lo hacemos por carretera de peaje, tanto en Galicia como en la gran autopista de Portugal que la atraviesa de norte a sur. Después de una parada para almozar y despidirnos de la estupenda comida galega (nos preparamos un superbocata de queso galego acompañado de trocitos de empanada galega de carne) llegamos a Lisboa a las 18:00. Sin mucha dificultad encontra

mos bien el hotel. Subimos las cosas y rápidamente salimos a dar una vuelta por la ciudad. Primero, nos dirigimos a pie hacia el centro de la capital, por la Avda. Libertades (allí está el Hard Rock Lisboa, entramos, super-chulo!), Plaza de los Restauradores, hasta llegar al Océano. En este primer paseo por Lisboa, coincidimos en la misma dirección con una señora lisboeta y su hija. Muy amableme
nte nos acompaña un buen rato en la misma dirección, y nos va contanto las cositas sobre la ciudad. Muito obrigado!! Finalmente llegamos hasta el océano. En este último sitio contemplamos una puesta de sol super-bonita, con el gran puente 25 de abril como telón de fondo. Momento foto!
Desde allí nos dirigimos al casco antiguo de la ciudad. Empezamos a subir a pie las típicas cuestas de las calles de Lisboa, y repechito a repechito, llegamos a lo más alto, el castillo de San

Jorge, pasando antes por la puerta de la catedral. En el camino nos vamos encontrando varios miradores con im-presionantes vistas de la ciudad. Desde lo alto cogemos el famoso tranvía nº 28 que nos llevará hacia abajo, y de nuevo hacia arriba, hasta el barrio alto de Lisboa. Precio: 1,40€ por persona. El viaje es divertido en esta máquina por la que ya ha pasado el tiempo, y parece que estás en otra época. Después de varias divertidas bajadas y subidas en el tranvía (parecía una atracción de feria) llegamos al barrio alto de Lisboa. Si todo lo que ví de Lisboa me gustó, lo que más me gustó fue este barrio. Por supuesto, hay que venir a verlo de noche, para disfrutar de su ambiente. Muchos bares, pubs y restaurantes con gran ambiente. Me recuerda a Tarifa ó a la calle Beatas en Málaga, pero a lo grande. Allí tomamos cervecitas y caipirinhas, y de fondo se escuchaban melodías de un triste fado portu

gués. Entramos a alguno de los bares, donde es habitual encontrar a alguién cantando algunos de estos famosos fados. Muy auténtico! Tengo que regresar a Lisboa para disfrutar más en detalle de este ambiente! Regresamos no muy tarde al hotel, pues ya se nota el nota el cansancio de todos estos días.
Mañana, lunes, tenemos previsto llegar a casa, pasando antes el día en alguna playita relajante del Algarve portugués.
Saluditos,
Antonio
No hay comentarios:
Publicar un comentario